Me incorporé en la cama, buscando el maldito despertador, cuando la realidad me despertó de golpe. No era el despertador, era el timbre de la puerta. ¿Quién podía ser?
-Buenos días, mamá – la ironía iba seguida de mis palabras, pero mi madre, como siempre, no se percató de ella. Su cháchara se perdía tras ella, según se dirigía a la cocina a hacer, lo que fuera que hubiera venido a hacer.
Ya os dejé en su momento el vídeo de Come What May, pero hoy tal como me encuentro me apetecía dejaros el Tango de Roxanne.
Espero que disfrutéis de la buena música :D
Perdida entre leyendas irlandesas y hoy mismo, sumergida en un pésimo humor, me despido.
Había pasado la mejor noche de mi vida. Mi amada estaba entre mis brazos y su calor me transmitía todos los sentimientos tanto tiempo atrás ocultos.
No había planeado, que la noche de San Valentín, hubiera acabado de esta manera, pero las circunstancias, las palabras de Em – ¿ quieres subir a tomar un café ? – una pregunta muy manida y que yo había usado en muchas ocasiones, pero que en ese momento me había pillado desprevenido.
– Creo, que sería mejor que me marchara a casa – no me reconocía. Yo, el calavera Tom, que nunca dejaba pasar una oportunidad, estaba negando lo evidente. Quería subir, quería estar con Em en su casa, en su cama y despertar a su lado todos los días de mi vida. Estaba enamorado.
Cuando esas palabras llegaron hasta mi subconsciente un temblor me recorrió de arriba abajo. Estaba enamorado, por primera vez alguien me importaba y quería que fuera especial el instante en el que nuestros cuerpos encontraran un camino ya predestinado.
Em se apoyó en la moldura de la puerta y me miró. Acercó una mano a la corbata que llevaba puesta y que tantas dudas me habían acarreado para esa cita. Fue subiendo los dedos hasta el nudo y procedió a aflojar el intricado civilizado que todavía quedaba de mi persona en ese momento.
– Tom, no te estoy preguntando si quieres subir. No. Te estoy insinuando que quiero que subas – la corbata desapareció de mi cuello para acabar en la otra mano de Em. Mientras, la mano que había quedado libre buscaba los botones de mi camisa, permitiendo la entrada del frío invernal.
Di unos pocos pasos situándome lo más cerca de Em que permitían las escaleras de la casa. Mi mano se agarró a su cintura aproximándola un poco más a mí, si se podía aun más, y la otra mano se enzarzó a su cabello.
Rostro contra rostro sólo nuestra respiración acompasaba el ritmo de nuestros corazones, momento en el que, sin ninguna duda, decidí dar el siguiente paso. Mis labios atraparon los de Em, dejando escapar un suspiro de felicidad.
Y ahora, mientras los rayos de sol entran por la ventana, reflejando el dulce sueño de mi destino, el único pensamiento que cruza por mi mente es que quiero repetir. Quiero volver a besar sus párpados, quiero volver a sentir su sabor y sobre todo, quiero volver a tenerla entre mis brazos.
Fin
Relato Propiedad de Merche Diolch©
Aprovecho para recomendaros el blog de El Alfabeto de Babel, al igual que la revista que sacan todos los meses. Estos chicos se lo trabajan, y entre entrevistas, reseñas, recomendaciones y relatos, nos hacen pasar un buen rato.
Revista Nº 6 El Alfabeto de Babel
También indicaros que en la misma revista aparecemos Yo leo RA, por motivo del Especial de Novela Romántica, por lo que animaros a leerla no tiene desperdicio ninguna de sus páginas.
Ya me contaréis qué pensáis del relato, una sufridora imaginativa, perdida entre leyendas irlandesas se despide. :D
No sé cuántas veces he podido verla ya.
Pero no creáis que sólo es por los actores, ¡ no ! Influye mucho, mucho, la música y entre ellas están varias de mis canciones favoritas que ya os iré subiendo poco a poco.
Os dejo Come What May, una gran canción de Amor.
¿ Sabéis ya qué película es ?
-No puedo prometerte eso
-Entonces no hay trato
Se encogió de hombros
-Bien
Volvió la vista al frente y giró la llave de contacto para encender de nuevo el motor. Conectó la radio y comenzó a sonar una música suave. De pronto, abrió el seguro y esperó a que bajara del coche.
La intriga me consumía. Se bajaría del coche, no se bajaría. Lauren Bacall estaba fantástica. La película era muy buena; estaba hecha en blanco y negro lo que suscitaba un mayor misterio alrededor de la actuación de los actores, me estaba cautivando.
Mi atención estaba centrada en a la pantalla, cuando la imagen de la tele se fue junto con la luz de la casa.
– Ufffffffffffff…… siempre me pasa lo mismo – me levanté del sillón y me dirigí al descansillo de mi vivienda.
Esperaba vislumbrar algo, pero la oscuridad se había adueñado del rellano. – Debería haberme traído una linterna.
– Eso pienso yo.
Un grito acompañó a esa voz, un grito emitido por mí. No esperaba que hubiera alguien ahí fuera, más cuando mis vecinos estaban de vacaciones.
Una mano se apoyó sobre mi hombro, y un temblor me recorrió todo el cuerpo.
– ¿ Estás bien ? – la voz no me inspiraba terror, sino todo lo contrario. – ¿ Te he asustado ?
Me volví hacia la persona que me formulaba esa pregunta tan estúpida. Qué si me había asustado, pero ¡ qué pregunta ! Pensaba decirle, al propietario de esa voz, lo que pensaba hasta que, gracias a la luz que portaba ese extraño, pude verle.
– Eres… eres – mi tartamudeo daba una imagen de mí que no quería recordar.
– Hola, soy tu nuevo vecino.
– ¡¿ Mi nuevo vecino ?! – tenía que cerrar la boca.
– Sí. Hola.
Mi nuevo vecino era un fantasma. […]
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